Roscoe le teme un poco al agua pero Suryia le ayuda a nadar.
Suryia, un orangután de tres años sufrió la pérdida de sus padres y al quedar huérfano entró en depresión, por lo que dejó de comer y los médicos pensaron en administrarle antidepresivos pero estos no dieron resultado.
Entonces, todos creyeron que moriría.
Sin embargo, cuando los veterinarios hallaron a Roscoe, un perrito viejo y enfermo, y lo llevaron al Instituto de Especies en Extinción de Playa de Mirto, en Carolina del Sur, de inmediato ambos animales se hicieron amigos.
Su amistad permitió que compartieran juntos muchos momentos, como estar en la piscina, y por supuesto, alimentarse.
Roscoe le teme un poco al agua pero Suryia le ayuda a nadar.
Fotos: Tomadas de mott.pe
@NImpacto911
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